Tianguistas y vendedores ambulantes aseguraron que el periodo navideño no fue tan redituable como se esperaba
Como cada 25 de diciembre, la ciudad amaneció fría, sola y callada, en esta ocasión luego de una noche poco bulliciosa, fueron escasos los cohetes que se escucharon estallar en las calles y exiguos los sonidos lejanos de alguna música.
No es de dudarse que, contra lo recomendado por los médicos, se hayan llevado a cabo algunas reuniones familiares, esto se hará evidente a partir del 10 de enero, por lo pronto al parecer hubo miedo, tal vez más intenso entre las personas que ya perdieron a un ser querido, un amigo o un vecino por causa del SARS-CoV-2, pero también en algunos hogares, limitaciones económicas sofocaron los ánimos festivos.
Las calles del centro de la ciudad, incluso después del medio día, registraban poca afluencia vehicular y escaso número de personas además de que las cortinas permanecieron cerradas en la mayoría de los establecimientos comerciales, con excepción de los grandes almacenes y de algunos puestos ambulantes.
En el tradicional tianguis de La Purísima, Claudia Ávila González, integrante de una de las cuatro organizaciones de comerciantes de este mercado comentó que, aunque llegó mucha gente, las ventas
bajaron el 50% y sí, la gente pasaba, preguntaba, pero no compraba, tal vez no hay dinero o hay miedo a gastarse lo poco que tienen, pero logramos una ligera recuperación, además el hecho de que estemos aquí trabajando ya es ganancia
La última esperanza
es este día 25, suele ser bueno porque llega la gente que recibió algo de dinero como regalo o que les faltó comprar algún obsequio, pero todo acaba por ahí de las 17:00, 18:00 horas y aunque poco, los más de mil comerciantes del tianguis algo logramos vender algunas mercancías. Todos llegamos con la esperanza de recuperarnos un poco
El problema
es que hay viene la cuesta de enero, levantamos el tianguis el próximo día 27, pero nos volvemos instalar el martes 29 de este mes porque ya entramos a la dinámica normal y esperemos que no se decrete un nuevo cierre porque sería catastrófico, sobre todo porque este mercado está conformado por mucha gente mayor, este lugar inició hace 57 años y todavía tienen sus puestos varios de los fundadores.Claudia Ávila González, Integrante de organización de comerciantes de La Purísima.
Fuente: El Sol del Centro
